INTRODUCCIÓN

Este blog hace un recorrido por arquitecturas significativas desde un punto de vista artístico que desde finales del s.XIX hasta inicios del s.XX podemos ver en Galicia y el norte de Portugal. Se trata de dar a conocer aquellas obras que forman un rico y muchas veces desconocido patrimonio. No es mi pretensión hacer un inventario completo si no una mera aproximación. En unos casos las arquitecturas serán deudoras de ese eclecticismo imperante a partir de la segunda mitad del s.XIX mientras en otros habrá incursiones en lo que a inicios del s.XX se llamó Art Nouveau o Modernismo, tambien conocido en Portugal como Arte Nova. En la medida de lo posible utilizaré mis propias fotografías, haciéndolo saber cuando no sea así. En alguna ocasión tambien haré referencias a patrimonio ya tristemente desaparecido utilizando para ello las imagenes que se hayan conservado.

Ourense antiguo









La arquitectura de Ourense es mal conocida por no ser una ciudad destino si no una ciudad de paso. La gran mayoría de visitantes que llegan a Galicia por esta parte se dirigen a las Rías Baixas, Vigo o Santiago sin detenerse.
 
Fue a partir de finales del siglo XIX cuando la  ciudad crece, evolucionando  como dependiente  del mundo rural que la rodea, a otro comercial y de servicios, con estilo de capital y señorío.  La burguesía, en su mayoría foránea (asturianos, catalanes, aragoneses, castellanos, etc.), instalan aquí sus negocios y residencia  en los años 1860/70, embelleciendo el conjunto con edificios significativos que harán de Ourense punto de referencia en cuanto a su valor arquitectónico se refiere. Citar: los Villanueva, Aguirre, Zarauza, Perille  y Freijanes, ferreteros; Cuevas , Tabarés y  Eire, alimentación; Simeón, Populares, Felipe Santiago, Román  y Celso Ferro, textil ; Feliciano Pérez Bobo, quincalla, etc.


De la iniciativa  de esta burguesía  surge una nueva  arquitectura doméstica o de viviendas, de especial atención a las  “fachadas”,  ya  que se pretende  representar al exterior el bienestar económico de la familia,  y  que sirva, al mismo tiempo,  de reclamo visual y propagandístico de sus negocios. Esta fase del  urbanismo ourensano   se desarrolla  entre los años 1880 y 1934, y  podemos  considerar  tres momentos en la evolución de su arquitectura:

 

1º)- 1880/ 1905

La  arquitectura de fachadas  supone  un cambio radical  en la arquitectura de viviendas, en relación con las etapas precedentes.

No hay un estilo definido, sino que se sigue una línea eclecticista. La  fachada  está delimitada por  uno o dos ejes de simetría, balcones corridos en primera planta, alternando con individuales, y galerías en las siguientes. Se emplean sillares de granito, con talla y ornamentación de gran calidad, y  balcones de hierro fundido, de Malingre. La ornamentación es discreta por la dificultad de la piedra, y está presente en zócalos, impostas, cornisas y pilastras, con motivos de la naturaleza, flora y fauna. Los edificios suelen ostentar un emblema alusivo al negocio en el remate central, y símbolos alusivos al Comercio e  Industria.

Corresponden a esta etapa los  edificios de  “Ferretería Villanueva” (34), Casa Fábrega, y Casa Anta(111), del Progreso, y la “Casa de los Temes”, y Edificio Eparribay, de Santo Domingo, entre otros. Como Arquitectos, destacarían Queralt, Antonio Crespo, y Jenaro de la Fuente.

 

   2º)-1905/1925

Se inicia aquí una tendencia modernista,  con influencia Wagneriana, de sello vienés, es decir, con más ornamentación.

Si el edificio está en la calle del Paseo, el cuerpo central  se termina  con  un artístico remate decorativo. En las demás calles, dicho remate es sustituido por balaustrada corrida.

 Corresponden a esta etapa, entre otros,  los  edificios de Los Populares(2),  Román(4),  Hotel Miño(  ) y Felipe Santiago(15), de la calle del Paseo; edificio Junquera, de la Alameda;  de Fermin Garcia, de la Plaza Mayor; edificio Aguirre, de la calle Concordia, y el nº de la Plaza do Trigo.

 Como Arquitectos destacaría,  Vázquez-Gulías, a quien se  deben  la mayoría de los principales proyectos, y Antonio Crespo, autor de estos dos últimos.

  

3º)-1925/1934

Sigue  el eclecticismo de los años 20,  pero  influenciado por el pasado.

 Aparecen las nuevas tecnologías: el hormigón armado y el ascensor. Esto  permite  que los edificios tengan un mayor número de plantas, por lo que ganan en altura. La primera casa de hormigón en construirse fue la      de Concordia,  en 1921.

En esta época se avanza hacia lo abstracto en detrimento de la ornamentación floral, que  pasa a considerarse un síntoma de incultura. Se va abandonando lo tradicional por lo cosmopolita.

 A finales de esta etapa se empieza a dar más importancia al interior de las edificaciones, adaptándolo  al uso y destino que se les va dar. Se termina  la etapa del moderno eclecticismo y se inicia la de la  racionalización.  El edificio de Eloy Viso del Progreso(45), construido en el año 1931, cierra aquella  etapa.  En 1934  se construye  el primer edificio del racionalismo, el llamado “Marquina” de la calle del Paseo.

 Corresponden a esta etapa del eclecticismo moderno los edificios de Alfredo Romero, Aguirre(nº9 Concordia), los edificios  Casa de los Conde, y  nº19, 36 y 37,  Casa Moreiras(36) y La Ibense(37),de la calle del Paseo, entre otros. Como arquitectos destacaría   Conde Fidalgo, autor de la mayoría de los proyectos de este período.

Los autores de las singulares obras arquitectónicas de este período, auténticas joyas de la arquitectura de la ciudad, y seña de identidad de la misma, han optado por soluciones eclecticistas, con tendencia modernista y, finalmente, racionalista, sin que en  su obra  no esté  presente, en ningún momento, su interés por evolucionar hacia una arquitectura  realmente gallega, recuperando elementos tradicionales.






No hay comentarios:

Publicar un comentario